Estado pequeño y amplio alcance.

Delaware es el segundo estado más pequeño de USA (su capital Dover, apenas alcanza los 32 mil habitantes y Wilmington es la más poblada con 72 mil), por detrás de Rhode Island y el número 46 de 50 en población, con menos de un millón de habitantes. Actualmente tiene registradas aproximadamente 1,5 millones de empresas, de las que más de cuatrocientas son filiales de empresas del Ibex 35.

Pero este estado americano no solo atrae a filiales de países extranjeros. Se calcula que de las mayores compañías americanas incluidas en el índice Fortune 500 de los EEUU se han instalado en Delaware 19.000 filiales, el 65% de las subsidiarias que tienen en EEUU están en este territorio. La cifra es muy elevada ya que los dos estados que más dinero aportan al PIB del país, California y Texas, albergan únicamente 1.160 y 1.540 filiales de las empresas del dicho índice.

No es un territorio con tributación cero, ya que en él se paga el impuesto federal (Sales Tax que grava las ventas según la ubicación de éstas) de los EEUU, que es superior al impuesto de sociedades español, no obstante, hay evidentes ventajas fiscales ya que en Estados Unidos hay una exención plena para ingresos que proceden de fuera de Estados Unidos en la empresa y para los dividendos y beneficios fiscales obtenidos por accionistas (personas jurídicas) que cuentan con más del 5% de la sociedad y, además, no hay impuestos sobre activos intangibles como la propiedad intelectual.

Aunque el mayor atractivo de Delaware es la facilidad con la que se crea empresa (en unas pocas horas), la poca información que se requiere para ello (apenas un formulario) y la confidencialidad de los pactos entre socios.

En Delaware casi todo es posible, por ello es ideal para las empresas que buscan confidencialidad y regulación muy flexible. Delaware cuenta con unos tribunales (The chancery Court) que son extremadamente ágiles y expertos en resolución de conflictos mercantiles.

Todo ello supone, que sin ser estrictamente un paraíso fiscal, según la consideración de la OCDE, las empresas hayan adaptado las leyes de Delaware hasta conseguir materializar un notorio ahorro fiscal de varios miles de millones de euros, un paraíso fundamentalmente para las multinacionales que operan con gran libertad sin dar mayores explicaciones (incluidas las filiales de las empresas del Ibex 35).

Su legislación para la creación y gestión de las empresas ha culminado en un estándar para los inversores internacionales y en un destino preferente para grandes nuevas empresas internacionales.

Por este motivo, varios emprendedores y nuevas empresas han decidido directamente instalarse allí.

Por otra parte, los fondos internacionales han irrumpido con fuerza en España. Entre 2016 y 2017 se ha superado ampliamente la barrera de los mil millones de euros de inversión. Y detrás de esta irrupción aparecen las gestoras internacionales, entre ellas las estadounidenses.

Y son esas gestoras las que, usualmente, exigen que antes de entrar en el capital las nuevas empresas tengan su matriz en Delaware (EEUU). Unas se han mudado, como Userzoom, otras se crearon allí para lograr esas facilidades desde el primer momento, como Fever o Cabify. La mayoría cuenta con su sede principal en España (y en algunos casos en otros estados norteamericanos), donde ubican todo el desarrollo tecnológico, pero mantienen su matriz (y, por tanto, consolidan todas sus cuentas) en el estado norteamericano que, pese a no ser reconocido como tal por la normativa española, en la práctica es un paraíso fiscal debido a sus indudables ventajas.

Uno de los mayores alicientes para los emprendedores y fondos es el marco legal; en Delaware todo es estándar, todas las empresas participan con las mismas reglas.

Las ventajas comerciales de trabajar con empresas americanas directamente en el país y la realidad de que los empleados americanos prefieren «stock options» de una matriz americana y no de una nueva empresa con sede española”, máxime cuando el régimen fiscal para esta forma de retribuir a los empleados en España no es favorable.

Al margen de los emprendedores, no hay ninguna implicación fiscal relevante para los fondos locales, salvo que no se desea tener una doble imposición.

Una empresa puede trasladar el domicilio social a Delaware y a la vez la ley de este estado permite que su oficina principal esté en Nueva York u otra ciudad, redirigiendo de este modo el centro de la efectiva administración y gestión de la sociedad y, posteriormente, puede constituir una filial o una sucursal de la matriz en España.

En todos los casos, se debe completar un largo proceso legal con la administración española. Hay que elaborar un proyecto de traslado (con los principales datos sobre el cambio y los derechos previstos para la protección de socios y de acreedores así como de trabajadores) y en algunos procesos deben recibir otro informe de un experto. El procedimiento es complejo y dura entre seis y doce meses. Por eso muchas veces se decide constituir directamente la sociedad en Delaware.

Hay que tener en cuenta los efectos de la pérdida de la condición europea de la compañía, si el objetivo es la internacionalización de la empresa (entrada de inversores internacionales o por el traslado de la empresa a Estados Unidos), habría que considerar alternativas como la constitución de una filial y la cesión de activos a la misma.

A destacar que este tipo de operaciones suele conducir a que alguno (o varios) de los socios directivos en la empresa deben trasladar su residencia a Estados Unidos lo que puede tener efectos fiscales muy importantes para ellos. En concreto, le afectaría la «exit tax» así como los efectos de la pérdida de la condición europea de la empresa.

Al constituir la sociedad en Delaware se evita la redomiciliación. Así, Cabify constituyó allí la sociedad en 2011, motivada por la falta de una normativa eficiente en el estado español a la hora de emprender un negocio e incentivar a los empleados con «stock options», además de que los inversores internacionales tienen más familiaridad con la normativa aplicable en EEUU en cuanto a resolución de conflictos.

A este grupo hay que sumar otras nuevas empresas que también decidieron constituirse de manera directa en Delaware. Así sucede con la compañía Ludei, fundada por Eneko Knorr.

Una de las excepciones es la de Packlink. Se trata de una empresa participada por un fondo estadounidense, Accel Partners. La diferencia respecto al resto es que Packlink no tiene en Estados Unidos su principal mercado sino Europa.

FUENTE

Wikipedia.

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